inmovil, enredada a la cama,
su cuerpo se disuelve,
pierde la forma, me condena,
me levanta, olvido mis pies
en la tierra para salir a volar
como alma que ama al viento,
sus brazos sueñan en mi
mente, sus ojos se fuerón,
partierón hacia sus adentros,
la dejé dormir por una de las
eternidades que vivirá,
las flores la arropan,
duerme entre aromas,
ahora ya nada se calla,
sus palabras hablan fuerte
rebotando en todos los silencios.
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