viernes, 26 de noviembre de 2010

Un sueño abundante

Al subir me bajé de mis ojos,
me estampé en su vestido de piel,
me amarré a su piel de flores,
sus dientes eram varios cielos,
tenía un cabello de mil luces castañas,
mi mirada venía y la de ella se iba,
si la miraba a los ojos, me deboraba,
se comía mi alma con sus colores,
escuchaba su voz y ella me enredaba
en un dulce de madera y saliva,
si me atrevía a olerla, ella me gritaba
con todos los aromas del jardín,
yo ya no podía y le pedía un minuto
más al destino de las ilusiones,
esas cosas siempre pasan rápido,
como la mariposa que se escapaba
de mi corazón de hojalata,
pero su sonrisa me comentaba
de su boca transendental,
ella escuchaba todas las ideas
de mi mente con una sintonía afinada,
mis ojos se subieron a mi cuerpo
y ella se bajó de mis pies pesados,
era un sueño abundante de magnolias
policromáticas.




jueves, 18 de noviembre de 2010

Patria

Poco a poco nos íbamos deshaciendo,
nos descompusimos como pétalo
a viento, nos disolvimos como tierra
a agua, nos abrazamos como pájaro
a brisa, nos amamos como hombre
a mujer, nos desentendimos como letra
a poeta, nos reprochamos como individuo
a patria, nos despertamos como sol
a oscuridad, nos dormimos como revolución
a tiempo, a todas mis maneras de ver
las enterré entre letras y pedazos de sentir,
escribí para encontrarme en el espejo,
reconocer mi mirada y mi locura,
reconocer mi pieza de patria en la piel,
mi tierra entre las uñas,
mi aroma a montañas,
fuimos yo y mi país los que huimos
de la tierra, de la tristeza y la belleza,
fuimos extraídos por el mundo
de un mundo llamado mi país.

martes, 16 de noviembre de 2010

Cama

Se viste,
se desviste,
se reprocha,
se aproxima,
se abraza,
se desvanece,
se parece,
se desnuda,
se anula,
se opone,
se apoya,
se contrae,
se extrae,
se interioriza,
se aleja,
se ama,
se odia,
se compone,
se descompone,
se vive y todos los días
se muere un poco en la cama.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Atardecer

la fiesta era el día,
la noche era una delicia,
todos envueltos entre sexo
y algo parecido a alcohol,
todo parecía ser mujer,
la luz tenía su forma,
un durazno era su cerebro,
una pera su intelectual,
una manzana su baile,
una frambuesa su cuerpo,
eramos frutas bailando
entre humo y universos,
universos de luces,
mujeres de alcohol,
drogas de sangre,
sexo de ropa y labios,
era lo que nunca fui,
lo que nunca esperé ser,
aquello que olvidé
en su mar de sonidos
y cloroformo violeta.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mirada

Cuando la vi estaba sentada
sobre la luna, era la luz del sur
y un astrógrafo de colores
que miraba a mi cuarzo,
su mirada tenía dos teteras
en los ojos que hervían
como un tren, yo era el rumbo
al desierto y mi barro cristalizado
con el sol, un gato pasaba por mis pies
gritando deseo, yo era la tierra,
aquello era eso y esto de mi alma,
todas las distancias de mi mineral,
las tristezas eran alegres en su azul,
en mi amarillo yo era un pájaro,
mis letras fueron lo que pude inventar,
inventé que me amaba y que yo
también la amaba, inventé su perfil
de lampara y florero, creí haber
inventado mi amor, pero era mentira,
mentira era amar cuando ya amaba,
como cuando los gatos ven a los ratones y
se convierten en queso, yo miraba al amor
y me convertía en ella, aquello que ella amaba.

martes, 9 de noviembre de 2010

Décimo séptimo

¿Será qué los balcones también
miran a la ciudad o sólo la ciudad
mira a los balcones?
La ciudad era doce botellas
de cerveza y flores de plástico,
un paisaje de primavera desde
un décimo séptimo piso,
donde los murciélagos se
transformaban en pájaros
al amanecer de un nuevo sol,
y mi mirada era la inmensidad
que cabía en un vaso vacío,
a veces ese vaso estaba lleno,
lleno de rabia y alegría,
la alegría eran tres brasileras
llenas de alcohol hasta las tetas,
yo era el silencio sin gracia,
la última mirada a la puerta,
esa mirada corría hasta la calle
y me compraba cigarrillos,
pero todo era una realidad
que no me pertenecía,
una realidad que era mi desgracia.





jueves, 4 de noviembre de 2010

Caballo de cielo

Eran sus pies de telaraña
que pedían un día más
al mañana, eran sus ojos
de tormenta que me decían
adiós sin su olor a menta,
yo era el que estaba perdido,
ella se había encontrado en
su laberinto de escafandra,
yo era un caballo de mar
sin galope, ella era una ballena
y el mar le quedaba pequeño,
a mí el mar me ahogaba,
mi paraguas no resistía tantos
pájaros, ella y su telescopio
miraban al cielo y me encontraban
dando vueltas como una estrella,
yo era un caballo de cielo sin galope,
ella era una ballena y el cielo le quedaba
pequeño, a mí el cielo me sufocaba,
mi máquina de cocer no resistía
tanta luz, ella y su brújula apuntaban al mar
y me encontraban dando vueltas como un
caballo de mar sin galope.