jueves, 11 de abril de 2013

Tus ausencias

Llegará el día en el cual
todas tus ausencias
estarán presentes,
cuando la hoja se quede en blanco,
reluciendo los recuerdos de la nada,
y me iré volando como pájaro,
sin destino más que la muerte,
sin más esperanza  que la espera,
llegará el día en el cual
todas tus curvas se perderán en la recta,
en el diluvio de la memoria,
en esa oscuridad que me dejaste,
habitando laberintos y recuerdos,
sin el ronronear de tu falda,
me iré a recorrer el mundo,
a sacarle el corcho a la botella de la vida,
a abrir al universo con una sonrisa,
a meter la pata en todos los caminos,
pero llegará el día en el cual
tus besos serán los labios de otra,
tu almíbar será la saliva de otra,
y a poco pensar,
yo seré otro en las nostalgias
que aprendieron a quererte,
siempre tú,
tu ausencia y la mía,
que ya son suficientes
como para volver a hablar de tus besos,
de tu interminable forma de estar
siempre en mis ausencias,
que no son más que tenerte lejos,
donde el camino lleva al olvido,
sin un trébol de suerte
para volver a ausentarnos.

martes, 9 de abril de 2013

De jazz y traiciones

Porque llené la casa de retratos,
tal vez dibujé toda tu alma,
porque quise que la patria,
mi patria, fueran tus labios,
rotos, tristes y lejanos,
porque ya no me duelen
los puñales en la espalda,
rotos, tristes y cercanos,
porque me quedé
al costado del río
viendo al olvido pasar,
de color negro y gabardina gruesa,
porque supé tomar el camino
que lleva a donde nadie fue,
de ojos verdes y alma de paraguas,
porque habité en tu sexo
días y noches del saxo fervoroso,
fugaces alegrías de almíbar,
en las cuales llamaste a la luna en gritos,
porque nos desnudamos,
y construimos más pasiones que el amor
en un boda,
porque fuiste mi primer verso,
besado, húmedo y tierno de amargura,
porque el jazz fue mejor compañía
que tu recuerdo,
fue el único lobo que se quedo
aullando a mi lado,
reclamando tu cuerpo a las estrellas
y reprochando tu ausencia en la sangre,
mientras el saxo continua aullando,
yo sigo buscando tus ojos en la luna.    

De orgasmos y despedidas

Hacer el amor como se descubren los laberintos,
como se construyen las utopías y los hogares,
penetrar al amor y al alma con toda la falsa ternura,
verdadera amargura de la furia,
desbaratar sus entrañas,
volverlos añicos, ceniza, trizas,
polvo de mil colores y un sabor casi tuyo,
volverlos a construir con besos y orgasmos,
se mezclan tus gritos al son del jazz,
el humo del tabaco los encierra en su nido,
vuelve a ladrar el perro,
estar ebrios y sudados,
cansados y opacos,
tristes y casi nuevos de felicidad,
llorar lágrimas de semen,
aullar de placer a la luna,
despedir a las despedidas
con el sabor de tu sexo en el paladar,
bailar salsa y muerte,
el regreso de tus senos por el laberinto,
fumar tabaco semidesnudos,
semi-amados,
como semidioses,
sin nada más que el alma
y los ojos como puertas,
como lenguaje de los penetrados,
los amarrados, los pegados,
los más felices del mundo de la unidad,
ser cursis como flota de recuerdos,
como submarinos de realidades,
romper la cama, los abrazos
y todos los brazos que nos atan,
soltar la tristeza,
las nostalgias ya presentes,
casi olvidadas al futuro,
todo por la borda,
todo al viento,
al abismo,
a la tumba,
a este estar sin ti,
a este estar ni conmigo mismo,
a este abrazo al orgasmo de la esperanza.