martes, 28 de septiembre de 2010

Cuentos de la Cotidianidad

Hace sesenta años debe haber nacido esa nariz, era todo un monumento a la nariz, la encontré en un bus perdida en el rostro de un hombre triste, tal vez era el peso de la nariz que lo dejó con esa cara de culo mal cagado. Me imagino como sería tener una nariz tan grande y eso que la mia llega a ser grande, pero esa nariz salía por las ventanas del bus aplastando a todos a su alrededor con su imagen, pienso en todos los aromas que deben entrar en su cabeza, en toda la mierda que debe oler por la pesadilla de tener la nariz de un elefante, me pregunto como besa a una mujer sin acertarle un narizaso en el ojo. De alguna manera lo envidio, esa nariz puede oler el futuro y regrasar al pasado, al olor de un buen sexo, al pastel de mamá recien salido del horno, el perfume de esa mujer que olvidaste si era a rosas o siemplemente a ella, puedes oler la mierda a miles de kilometros, pero también debe ser desagradable olor el culo de todas las personas, creo que ese señor iba a suicidiarse o cortarse la nariz, sería insoportable tener la fragancia de todas las mentes de un bus caminando por tu cerebro, coagulando tu sangre, quemando tus neuronas, ese cerebro era lleno de gusanos ahora que lo pienso. Me bajé del bus dando patadas para que la nariz me dejara salir, todos gritaban y esa nariz no se movía, seguía bien parada en la cara de ese hombre viejo, llevaba años con su nariz, sin nada que decir, solo la sonrisa amarga y los ojos de un cierto color amarillo depresión. A veces es mejor aprender a cerrar la nariz para que la mierda no entre.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Una mañana

En él lluvió tanto que se transformó
en un mar de rencores azulados,
era el existencialismo de un vaso,
la patraña de un pensamiento,
el aprendiz de sueños inhumanos,
era una mañana con un color más claro,
era el cielo de los desesperados,
huyendo de la vida hacia la muerte,
la pureza infinita de una mentira sincera,
mariposas ingenuas de océanos turbios,
verdades oscuras chocan con brutalidad,
un despertar de ideas blancas,
era el poeta sin noción,
la maña enredada en la montaña,
una cueva de claridades absurdas,
era la música de su sangre derramada.




jueves, 23 de septiembre de 2010

El comienzo

Al comienzo eran tres,
el deseo irreparable,
la libertad innecesaria,
el amor desarmado,
eran el semáforo de la vida,
al pasar junto a la sociedad,
su color de inconsciencia
los enmaraño en una turbia
soledad, todos por separados,
como un sueño infantil muy tierno,
eran tres iguales lejos del mar,
los más buscados del despertar,
los incógnitos de la muerte,
los anhelos azules de tus piernas,
la teoría del delirio sustentable,
la fantasía malhumorada
de un mundo encantado de razón,
la falta de sentido en un poema,
que me llena de vida en la ignorancia,
mis colores pierden la calma,
mis amores olvidan tus aromas,
dolores del pasado vuelven con tormento,
y ahora ya no queda ninguno de los tres
rayos de esperanza invisible.










martes, 21 de septiembre de 2010

Un poco de calor

Deja caer tu nota aguda en el pasto,
no pares en el semáforo de la razón,
sigue recto por el asfalto con imaginación,
que ahora el sol te viste la pasión,
la luna se agita en tus ojos de muñeca,
linda de cabellera sabor a viento dulce,
tu río se lleva mi sangre llena de palabras,
la princesa corre entre colores,
la diosa pierde su anatomía de niña,
mi mundo sacó sus patitas para ir a buscarla,
caminando en el aire, cayendo con calma,
suave llegar a tu mundo de mariposas,
explotar con tanta fuerza que mis cenizas
construyan estrellas en tu techo,
tu cama se convierta en un lecho de sexo,
sin pudor encontrar la verdad de tus labios,
susurrar rimas tiernas en tus piernas,
cuerpos de calor con suspechas eternas de amor.










lunes, 20 de septiembre de 2010

Un libro y medio poeta

Cuando me subí en ese libro con mis deditos,
sus palabras se disolvierón en mis mares,
se desarmó como la sonrisa de una flor,
me arropó en su licor de ternura,
con ese olor a canela, tabaco y mucho café,
poco a poco sacó sus ojitos color tierra,
en esas páginas figuraban todos los espíritus,
me hablaba de amor, de un tiempo olvidado
en el sistema de mi generación,
de la ventana donde los otros lo acomodaban
para que pueda mirar al cielo de su mundo,
me susurraba de las noches en que no podía dormir,
que deseaba entrar a gritos por mis oídos,
un día lo deje entrar en mi mente y desde esa
primavera mi esqueleto guarda un medio poeta,
perdido en la claridad de un ideal,
un destino sin manchas de publicidad.




domingo, 19 de septiembre de 2010

Otra fantasía

Al pasar por la calle de los recuerdos la chica
se topo con la nostalgia vestida de burdel,
parecía un almanaque de colores afinados,
en su mente se formó un concurso de olores,
una batalla de escalofríos, su estómago estaba
lleno de emociones de alcoba,
de pronto una cama de verano contaba historias,
sábanas drogaban su piel sudada,
todo pasaba en la noche del día,
en la oscuridad de su luz,
en su planeta y en el mio,
el universo era ceniza de economistas,
sudor de poetas, derechos de mujer,
dictadura de paz, monarquía de amor,
la imaginación crecía de los senos de esa joven,
las flores perdían la gravedad en su pintura,
de su cabeza salían pajaritos de barro y montañas,
eran ese planeta que pintaban en sus ojos,
nada más pasaba por su universo infantil,
la realidad era otra de las fantasías.



martes, 7 de septiembre de 2010

Contorsionista

Ayer logré poner la libertad bien
cerquita de mis pies, encontré
que puedo llevar mis manos
a la tristeza, mis ojos pueden morir
y yo sigo viendo la injustica,
mis piernas sienten la penuria
a cada paso y cada paso nos lleva
para atrás, mis brazos tiemblan
de frío y no llevan la felicidad
a mis dedos, puedo soltar
mi cabeza y dejarla rodar por
la imaginación de otro mundo,
un mundo de colores felices,
pero me sigo dando de bruces,
en esta realidad de metal,
que me duerme con brutalidad
en las noches de medio poeta.


Injusticia

El sol parpadeó en un grito agudo,
nos juntamos como un harapo
al diluvio de colores fosforescentes,
entramos en nuestros ataúdes
de metal y botamos humito hasta
intoxicar nuestra tierra,
llenandola de dolor al pasar,
huyendo de nuestros pasados de barro,
para pintar un futuro de desgracia,
todos verdes sin vida,
hormigas de papel y cifras,
la justicia per capita no pasa de
un granito de viento,
ahogamos la tristeza en mucha dulzura
y la pobreza espera recibir su pastilla
para dormir, nunca más vivir.