jueves, 30 de enero de 2014

Balada zen

Espero todo dando amor,
lo que llega es recibido
como si fuese recién nacido
de mi vientre de barro y luz,
el andar sin darse uno mismo
no conlleva a verdad alguna,
sangre, huesos, hambre,
todo nos reúne en ella,
sin miedo mi corazón camina con tino,
más vale cantar,
rezo o llanto da fuerza igual,
sólo basta calentar la lluvia
o una lágrima
todo es fuerza sin gravedad,
la libertad sigue siendo mía,
mientras conserve la alegría,
sin dejar de ser,
tiempo y vida
van para la misma esquina,
todo me pertenece
siempre y cuando lo deje,
así libre se teje
el futuro que amanece,
no es único mi ego mal hecho,
del estrecho tacto,
entre el acto del sexo opuesto,
mi espejo refleja,
muerte y dolor en este trecho,
dejo como herencia
mi energía que es abono,
ser transparentemente consciente
y un poco sabio y demente,
sin depender de la opinión de la gente,
dejarse llevar a donde quieras llegar,
el mar va arrastrando fuerte,
marea que besa la arena,
en tu cuerpo se halla,
morena,
todo el amor sembrado
en memorias sin pena,
siglos: tierra sobre huesos,
cálidos abrazos
ya fueron pulverizados,
a ti volvemos,
madre,
vientre de los que hemos
habitado nuestro amor.






sábado, 18 de enero de 2014

Hommage à la grande moustache





















El cabello negro,
el tiempo y la sabiduría,
el cabello plateado,
los ojos transparentes,
el bigote espeso,
el alma grande,
o mejor dicho universal,
la sonrisa sincera,
te exiliaste de todo y con todos,
se fueron a tierra firme,
baja, subterránea y leal,
también para qué quedarse,
fuiste gringo, japonés
y toda la poesía del triste Sur,
Sidney West,  José Galván, Julio Grecco,
Yamanokuchi Ando, etc. y otros
llenos de conciencia y tierra,
sólo tú para expandirte de tal manera,
porque deben haber sido tantas
las tristezas e injusticias
que tuviste que salir de ti mismo,
renombrarte para abarcar toda tu poesía,
nos dejaste todos los seudónimos del ahora,
una pizca de política y todo el corazón,
ahora yo, que somos muchos más,
para hacerte sonreír dentro de las entrañas,
nos fundimos en tu poesía,
en tu alma alegre y tu justa tristeza,
pero sobre todo,
en tu bigote tranquilo y bien plantado,
un bigote con los pies en la tierra
y el alma en el cielo,
tu poesía se queda con nosotros
y contra los otros.