las mariposas se despistan,
mis pelos se transforman en erizos
(esos que salen despavoridos al alcance
de la madrugada)
y los sueños se me erizan tristemente,
pero si no te miro se me va el tren,
se me corren las lagrimas como ríos,
sin ceniza ni carniza no encuentro abrigo,
y esas balas de televisión se sienten
en cada hueso,
y el tren se me va para olvidar,
con esa exuberante certeza,
la certeza de nunca más verte,
trenes y trenes buscando andenes,
todos a medio vapor
con miedo de decirte adiós,
es tan lejano el olvido,
las palabras no llenan este vacío,
diminuto rocío de nostalgias,
al caer en una buena paliza
deshizo el enamorado la caliza,
piedra de dos cuartetos,
melodía que no llena un día,
el tren te llevo sin tiempo,
el adiós fue tan leve que nunca te fuiste.
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