Carne, huesos, médula,
cuerpo, alma, piel,
sudor, miel y mucha sed,
estar de amor hasta el hastío,
delirar en un trio de almohadas,
mojarse la chaveta,
secarse la ventana,
venirse e irse,
de la patria al exilio,
de la boca a la cama,
la lluvia y la utopía
que se derraman por tu cabello
como gotas de alquimia,
dibujando tu rostro
que no es menos
que todos los irreales
de la ciudad maldita,
volar de tus ojos a tus labios,
furia, rabia, deseo indomable,
estrujar tu sexo
hasta ahogar mis entrañas
en tu sustancia bendita,
desnudar tus pechos,
puertas abiertas,
vaciar la saliva
de tu lengua serpiente,
hablarte al oído
con el silencio
infinito de la muerte.
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