Las calles se perdieron de la oscuridad,
La luz fosforescente del amoniaco vacilo
En mi mente, los gatos ronronean en mi
Pesar, asco de la vida se impregna en la
Casa de los muertos, el brujo de la noche
Se levanta para conjurar su hechizo blanco.
Ella dejó el sueño por la muerte, se paro
Esperando la lluvia azotar su alma condenada,
La sangre de su cuerpo desgarra mis poros
A besos, todo se paso del punto, partió para
El infinito, se quedó en el barro, las lagrimas
De la niña emiten el eco de lo éfimero.
La sombra de la mujer de mirada angelical
Es copiada por la cera derretida de la ciudad,
La furia a su paso escondió sus ojos, dejó de
Comer con sus ojos, escuche el hablar de la
Multitud, todo me sonríe porque el demonio
Volvió a mi cuerpo, vuelvo a ser poseído.
Echaste el alma al fuego del infierno,
Tu pecado será mi locura perpetua,
Mi dulce de cada día, amargo como
El vino que paso por mis entrañas
Desgarrando cada órgano, me ahogue
En ese océano de tierra, en la vela de
Tus senos, tu sexo sabor sangre que
Me demuestra que eres mujer de una
Sola letra.