una serpiente se ilumina en mi pecho,
mis orejas comienzan a temblar,
tu recuerdo de acordes y versos,
un animal de siete colores,
cabeza de tren y asfalto,
piernas de pasión y un corte elegante,
mente de hormiga muy curiosa,
entre mis letras se formó,
una flor del mal en tu tierno amor,
diciendo hasta nunca mi viejo sol,
nube de cristal en un cielo amargo,
mis piernas se derriten y vuelan,
una decencia parecida,
una humildad del planeta fantasía,
ahora todo gira y vuelve al inicio,
al fondo del vaso sin cuento ni regazo.
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