de paso nos borramos las lagrimas negras,
nos pusimos de pie y de pie se puso la soledad,
soledad con mirada de albatros y poca gana,
ganas de encontrar un barco sobre el cielo,
un granito de arena sobre la justicia,
nos miramos y ya era hora de partir,
partimos bien partidos a la mitad,
sin medias naranjas, a medios limones,
quedamos amargos y ácidos,
con los pies descalzos y parados,
un quarto de tristeza y tres de nostalgia precaria,
de paso se convirtió en ausencia súbita,
en desgarro, un exílio sólido al país de los sueños,
sueños apartados en un dividendo ineficiente,
las ganancias volaron en un cielo degradante,
un albatros con memoria de buitre se comió mi esperanza.
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