el niño arrojó las hierbas sobre sus sueños,
cantando y rezando:
cantando y rezando:
aire, agua, fuego, tierra,
el líquido comenzó a desenredar
un perfume dulce de sabiduría,
imágenes de abuelos sonreían
y utopías conservadas en piedra
bailaban en la oscuridad,
sus sentidos fueron enterrándose
como una semilla en la vida,
regresando a la oscuridad,
para recordar lo que olvidó
y aprender de los sabios,
desde el ahora hacer parte del espiral,
su cuerpo se deshizo en lágrimas,
alegrías, tristezas, penas, felicidades,
todo es vida así como la muerte,
llorar para ser llovía,
escuchar para ser el eco del presente,
imaginar para ser el vuelo del pájaro,
el niño salió de la oscuridad
y decidió ser y estar en el presente,
vivir y morir para convertirse en pájaro.
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