Que yo muera para que las flores se manifiesten,
de toda mi dulce locura surgirán rayos de luz
y del subterráneo fuego de mi sexo
brotarán frutos de amor,
el gran orgasmo de dios se verá reflejado
en los pétalos de tu mirada,
yo seré la gota que llena el océano,
sin nada entre las manos
seremos todo,
porque merecer
no es lo mismo que poseer,
de tu clítoris surgirán aromas de paz,
caminaremos sobre piedras sin lastimarnos,
nunca más escucharemos
el jamás de la mentira,
no basta llenar el vacío,
al aceptarlo seremos el mundo,
cada rincón de nuestras almas,
desnudos y sin yugos,
yo seré tu cuerpo y tú serás mía,
yo te perteneceré por libre voluntad
y tú simplemente serás mi destino,
no basta rescatar felicidades de la memoria,
algún día llenaré mi presente de sonrisas,
sólo para verte
saltaré al abismo,
el último paso hacia la libertad,
no tener que pedir piedad
entre los miedos de la humanidad.
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