jueves, 30 de enero de 2014

Balada zen

Espero todo dando amor,
lo que llega es recibido
como si fuese recién nacido
de mi vientre de barro y luz,
el andar sin darse uno mismo
no conlleva a verdad alguna,
sangre, huesos, hambre,
todo nos reúne en ella,
sin miedo mi corazón camina con tino,
más vale cantar,
rezo o llanto da fuerza igual,
sólo basta calentar la lluvia
o una lágrima
todo es fuerza sin gravedad,
la libertad sigue siendo mía,
mientras conserve la alegría,
sin dejar de ser,
tiempo y vida
van para la misma esquina,
todo me pertenece
siempre y cuando lo deje,
así libre se teje
el futuro que amanece,
no es único mi ego mal hecho,
del estrecho tacto,
entre el acto del sexo opuesto,
mi espejo refleja,
muerte y dolor en este trecho,
dejo como herencia
mi energía que es abono,
ser transparentemente consciente
y un poco sabio y demente,
sin depender de la opinión de la gente,
dejarse llevar a donde quieras llegar,
el mar va arrastrando fuerte,
marea que besa la arena,
en tu cuerpo se halla,
morena,
todo el amor sembrado
en memorias sin pena,
siglos: tierra sobre huesos,
cálidos abrazos
ya fueron pulverizados,
a ti volvemos,
madre,
vientre de los que hemos
habitado nuestro amor.






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