aquí en el planeta humano,
donde la piel es color tierra y sudor,
manchas de ternura sobre la corteza,
donde se desgarran sueños sin pudor,
niños que nunca aprendieron a imaginar,
adultos que no completan ni una década
recogen optimismos en una montaña de desechos,
juegan a meterle goles a la pobreza
para rescatar un pedazo de su infancia,
porque el hambre no discrimina,
porque el estómago no perdona,
porque dejarse morir no cuenta,
porque la justicia no alcanza para todos,
porque la justicia no alcanza para todos,
aquí en el planeta racional,
donde se edifican rascacielos
como monumentos a la desigualdad
sin ni siquiera mirar al cielo,
megaconstrucciones de la amnesia,
como dioses que desprecian a sus creyentes,
caras tristes de guerreros,
madre sola buscando a sus miserables hijos,
aquí en el planeta siglo veintiuno,
donde la realidad es documentada,
donde la realidad es olvidada,
en la que todos somos hijos
del mismo padre y la misma madre,
donde está prohibido decir hermano por política del mundo,
aquí en el planeta realidad,
donde la pachamama llora para que sus hijos
edifiquen lazos de hermandad y no de muerte,
porque matarse no cuenta y no alcanza.
porque matarse no cuenta y no alcanza.
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