martes, 7 de septiembre de 2010

Contorsionista

Ayer logré poner la libertad bien
cerquita de mis pies, encontré
que puedo llevar mis manos
a la tristeza, mis ojos pueden morir
y yo sigo viendo la injustica,
mis piernas sienten la penuria
a cada paso y cada paso nos lleva
para atrás, mis brazos tiemblan
de frío y no llevan la felicidad
a mis dedos, puedo soltar
mi cabeza y dejarla rodar por
la imaginación de otro mundo,
un mundo de colores felices,
pero me sigo dando de bruces,
en esta realidad de metal,
que me duerme con brutalidad
en las noches de medio poeta.


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