lunes, 20 de septiembre de 2010

Un libro y medio poeta

Cuando me subí en ese libro con mis deditos,
sus palabras se disolvierón en mis mares,
se desarmó como la sonrisa de una flor,
me arropó en su licor de ternura,
con ese olor a canela, tabaco y mucho café,
poco a poco sacó sus ojitos color tierra,
en esas páginas figuraban todos los espíritus,
me hablaba de amor, de un tiempo olvidado
en el sistema de mi generación,
de la ventana donde los otros lo acomodaban
para que pueda mirar al cielo de su mundo,
me susurraba de las noches en que no podía dormir,
que deseaba entrar a gritos por mis oídos,
un día lo deje entrar en mi mente y desde esa
primavera mi esqueleto guarda un medio poeta,
perdido en la claridad de un ideal,
un destino sin manchas de publicidad.




No hay comentarios: