lunes, 1 de febrero de 2010

Realidad

Un instante fue la realidad, se derramo

por cada figura de mi cuerpo como un

recuerdo maldito, olor a pena y amor

en la penumbra de la fantasía y la locura

mortal, un abismo sin tiempo ni espacio,

ojos apaciguadores de mar y viento me

sirven de espejo, en las paredes se pinta

su retrato y en mi mente se borra su cara,

desaparece esa realidad intoxicante de mil

coleres, el sabor de su cuerpo y alma se arroja

de mi boca en picada, su sonrisa de ventana

abierta en verano hace huir pajaritos,

mi corazón huye de su recuerdo, huye hacia

la realidad amendrontado por la razón, deje mi

imaginación, le cayó encima un telon, lo cubrió

todo, no dejó rastro ni polvo delo que un día fue,

ahogó mi sonrisa sin felicidad de infancia.

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