es decir poquito, mi táctica es
aprender como son tus mujeres,
querer a cada una de ellas, pero
es díficil saber con quién trata uno
en ese pueblo de mujeres.
Mi táctica es hablarlas y
escuchar el sol que se ponía
en su voz, construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es quedarme en esas
mujeres que eran la banda municipal
de mi pueblo, no sé cómo ni sé con
que pretexto, pero quedarme en las
sombras de la placita de mi pueblo.
Mi táctica es ser franco y decir que
eran una banda desafinada, para
que no nos vendamos simulacros,
para que entre los dos no haya telón
ni un reloj con rabia.
Mi estrategia es en cambio más
profunda como las costas tibias
de esa mujer.
Mi estrategia es que un día cualquiera
pueda hacerla crecer días del sexo
tembloroso y por fin me necesite.
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