domingo, 22 de agosto de 2010

Método para ser astronauta

Nunca montarse en una astronave,
es más simple comenzar con lo básico,
soñar con las estrellas de una mujer,
subir despacio por sus piecitos de seda,
poco a poco llegar a sus rodillas
descubriendo un giro de aromas,
un sudor de limón y miel,
abriendo bien abiertos los ojitos
llegar a su espalda y encontrar
una constelación de pecas,
bajar a besos por sus brazos,
tropezar con sus manos de pulpo,
saltar a su ombligo con un suspiro,
escuchar el eco de su vientre,
dormir de tres a cuatro horas sobre él,
despertar con una sonrisa en sus senos,
hablar con ellos sobre filosofía,
tocarlos con cariño de conejo blanco,
seguir hacia su cuello de bandoneón,
tocar un poco de tango para bailar,
con mucha calma morder sus orejitas,
caminar por sus cachetes dando brincos,
mojar sus labios con lluvia y nadar
hasta llegar a aguas azules de libertad,
con su nariz hablar de revolución,
en sus cabellos llorar tres lagrimas,
una y media por cada amor de esa mujer,
construir en sus ojos un barco de papel
y navegar en ellos hasta encontrar
al cielo sentado en un andén colorido.





1 comentario:

Unknown dijo...

sigue así y seras grande loco
un abrazo
camilo